"A las cosas que son feas ponles un poco de amor, y verás que la tristeza va cambiando de color", cantaba tiempo atrás la gran trovadora Teresita Fernández. Que le hubiera servido de colofón musical a la nueva película "Feo de día, lindo de noche", del director Alfonso Rodríguez.

La cinta se defiende por sí sola: es una comedia cinematográfica. No una comedia televisiva llevada a la pantalla grande. Y desde su dignidad cinematográfica, divierte y sorprende favorablemente, entre otras cosas porque siendo dominicana puede verse en otras latitudes. Esto, gracias, entre otras cosas a un discurso ligero, transparente, fresco, alegre.

En esta vida que llevamos acosada por las drogas, la violencia y otras lacras, una película como esta viene a ser un alivio. Que para eso también sirve el cine, aunque no únicamente para divertir.

Hay que destacar la calidad fotográfica del largometraje, gracias a la pericia de Peyi Guzmán; mientras que la dirección de actores es balanceada, gracias al puño del director. Otro aspecto a destacar es la banda sonora, que conecta con el gran público que según él mismo ha declarado, busca Alfonso.

Si Fausto Mata está bien en su papel de Lorenzo, Frank Perozo, que tiene que imitar la forma de caminar y de comportarse como alter ego de Lorenzo, está para destacar. Así como Evelina Rodríguez en Mariel y Victoria Fernández en Susana, que logran adueñarse de sus roles con naturalidad. También Yelitza Lora como La Rubia logra su papel de manera natural. El Carlitos de Irving Alberti es desbordante y refrescante y demuestra que desde hace mucho está preparado para protagonista. Otro que se merece más que un cameo es Domingo Bautista.

Hay algunos detalles, como por ejemplo los llamados gazapos o pequeños errores de seguimiento. Falta fuerza en la escena en que se enfrentan Lorenzo lindo y Lorenzo feo, porque en ese centro de la trama es cuando hay de verdad una escena que exige mayor dramatismo, más desgarro, mayor fuerza de gravedad.

Alfonso roza con su película la problemática de la identidad del ser, pero no logra llegar más allá de lo que plantea. Sencillamente porque no le interesa meterse más a lo hondo.

De cualquier manera hay pocas cosas peores que las maledicencias. No sé dónde está el problema del racismo en "Feo de día..." Los que iban a protestar que se compren una cocaleca y un refresco, y vayan a verla.