Francina pone en manos de Dios la suerte de su vista
martes, noviembre 27, 2012“Creo que había logrado todo lo que me he propuesto en la vida. Solo me faltaba formar una familia”. La expresión es de Francina Hungría, herida de un tiro en la cara. Francina quizás hubiera querido hablar del tema en otras circunstancias. No con la cara vendada, con el ojo derecho extirpado y sangrando por la nariz mientras cuenta, a fuerza de voluntad, su triste e indignante historia.
Francina es la mujer de 28 años a quien el pasado viernes dos delincuentes le dispararon a la cara, luego de asaltar a una señora en el ensanche Piantini.
En la mañana de ayer, Francina estaba tranquila y animada hasta para recibir periodistas interesados en su salud.
A su diestra, estaba ese ser que nunca falta en los momentos difíciles de sus hijos, su madre, Iluminada Hernández. Y sobre una almohada blanca, bien cerquita de su cabeza inmóvil y lastimada, una imagen de la virgen de La Altagracia, a quien encomienda la remota posibilidad de que el cuerpo médico que la atiende pueda salvarle el ojo izquierdo.
“Yo le pido a Dios que haga un milagro, porque lo que más quiero es poder volver a ver”, expresa. Los médicos entran y salen de la habitación número 418 de la clínica Abel González, pendientes de que todo esté bien con la paciente.
Francina se dejó entrevistar por reporteros de todos los medios de comunicación, aunque sin poder, porque cuando articula palabras le duele la cabeza y a veces sangra por sus fosas nasales.
“Todavía no asimilo que esto me haya pasado a mí. Ahora, la tarea mía es aceptar que ya no tengo ojo derecho. Esto es sumamente difícil”, comenta esta nueva víctima de la inseguridad que vuelve vulnerable a los casi diez millones de personas que habitan República Dominicana.
En medio de su desgracia, sacó tiempo para bromear. “No me saquen fea”, pidió sonriente a los reporteros gráficos.
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