GIRO INESPERADO EN LA MUERTE DE LA EXMUJER DE O.J. SIMPSON

martes, noviembre 27, 2012


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¿Y si de verdad no lo hizo? ¿Y si O. J. Simpson no asesinó a su exesposa y al novio de esta? ¿Y si lo que parecía un veredicto de inocencia teñido de racismo resultó ser lo ajustado a la verdad? O. J. Simpson no pasó ni un solo día en la cárcel por aquel crimen. 
 
Fue absuelto en 1995 tras 134 días de juicio después de menos de tres horas de deliberaciones del jurado –compuesto por ocho hombres negros, dos hispanos, un hombre de origen indio y una mujer blanca, la única que pertenecía al mismo grupo racial que las dos personas asesinadas, Nicole Brown y su pareja, Ronald Goldman–. Y, sin embargo, en un sector de la sociedad –el blanco– quedó la sensación de que no se había hecho justicia. Tanto fue así que dos años después, en un juicio civil, a O. J. se le declaró culpable de la muerte de Goldman y fue condenado a cubrir una multa de más de 30 millones de dólares. Nunca pagó esa sanción.
 
Si lo que declara el hermano de un asesino en serie que en estos momentos espera fecha para ser ejecutado en el corredor de la muerte de California es cierto, O. J. Simpson ha cargado injustamente con la etiqueta de asesino durante casi 20 años y no mató a su exmujer y al amigo de esta. Glen Rogers lo hizo. A pesar de haber asesinado a sangre fría a más de 70 personas –puede que 80–, Rogers es uno de los asesinos en serie menos conocidos de este triste capítulo de la historia americana.
 
La pasada noche del miércoles, un canal de televisión estadounidense ofrecía un documental titulado Mi hermano, el asesino en serie. Según explica Clay Rogers –que enseñó a su hermano a robar, pero que también fue quien le entregó a la policía el día que descubrió el cadáver descompuesto de un vecino–, su hermano fanfarroneó sobre una relación con Nicole Brown. No solo contó en su momento que trabajó para ella y salieron de fiesta juntos, sino que explicó a quien le quiso escuchar que Brown “estaba podrida de dinero” y se la “iba a cargar”.
 
Familiares y amigos pensaban que Glen Rogers era un mentiroso compulsivo. Pensaron que faltaba a la verdad cuando se jactaba de haber acabado con la vida de varias personas. Por supuesto, no creyeron ni una sola palabra de su relación con la mujer rica y famosa de O. J. Simpson. Años después de los asesinatos que cambiaron la vida del jugador de fútbol americano y actor ocasional –mal actor–, cuando Rogers ya estaba condenado en el corredor de la muerte, el desconocido asesino en serie confesó a un experto en conducta humana que él era el responsable de la muerte de Brown y Goldman. Según el documental, hay pruebas que corroboran esta afirmación. Rogers ha descrito paso a paso el asesinato y parece conocer detalles que solo el asesino podía saber.

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