Por: Sandra Guzman
Estar en el lugar adecuado y en el momento preciso es lo que ahora le está pasando a Luis Abinader, candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM).De seguir como va, Abinader se podría convertir en un verdadero líder de la tan ansiada y cacareada oposición en contra del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), organización que ha gerenciado el país en los últimos 12 años y que, de no pasar algo muy grande, podría repetir en la administración del Estado.

 ¿Pero qué coyunturas llevaron a Abinader, dirigente que hasta hace pocos años nadie vislumbraba en el rol que está jugando ahora, a que sea percibido como una opción verdadera para ocupar ese papel de opositor al Gobierno? Simple, para llegar donde él está se dieron una serie situaciones en los partidos que gravitan en el escenario, como fueron la falta de coherencia en sus planteamientos, así como una estrategia errada al momento de atacar al “enemigo”, que todos vislumbraron como el expresidente Leonel Fernández y no el actual mandatario Danilo Medina, que ahora tiene el camino libre para respostularse.

Y aunque Abinader también cayó en ese gancho, posteriormente puso en marcha una serie de estrategias que lo han llevado a que muchos sectores lo vean como una opción auténtica para enfrentar la maquinaria peledeísta, no obstante no gane la Presidencia en el 2016. 

Una de esas estrategias ha sido mantenerse coherente con sus planteamientos de victoria desde que tuvo que enfrentar a la maquinaria del expresidente Hipólito Mejía cuando disputaban la candidatura presidencial del naciente PRM.

Y esa no fue una tarea fácil, pues ganarle al exmandatario, quien fuera su compañero de boleta en las pasadas elecciones presidenciales, no fue una tarea fácil por muchas razones, entre ellas el liderazgo, arrastre y empatía que el político siempre ha tenido con el pueblo y los amarres que tenía en la organización.

Por lo que el camino estuvo lleno de muchos sacrificios, y grandes recorridos en todo el país, al igual que de enfrentar ataques que llegaron desde fuera y dentro del partido, y hasta de la misma prensa que llegó a descalificarlo para vencer a Hipólito y le advertía de muy buena fe que iba a ser engañado por el habilidoso político. Pero eso no lo amilanó y siguió su camino y obtuvo el triunfo y ya fue juramentado oficialmente como el candidato presidencial.