Paz en Colombia: quiénes son, cuántos son y qué va a pasar con los soldados rasos de las FARC

viernes, septiembre 23, 2016


 Guerrilleros de las FARC en la X Conferencia

En un campamento guerrillero, bajo un tupida arboleda, los hombres y mujeres de las FARC descansan en sus caletas tras una noche de música y fiesta. Sus armas –sin balas– cuelgan de los palitos que sostienen los plásticos que hacen de paredes y techo, algunos se bañan en el río junto a periodistas y fotógrafos mientras hacen chanzas. Más adelante otro grupo sacrifica una res.

Más arriba, caminado un kilómetro por tierra rojiza rodeada por las verdes pasturas de los Llanos del Yarí, en el sureño departamento colombiano de Caquetá -donde el sol abrasa como fuego y la lluvia empapa como mar- están reunidos bajo una inmensa carpa blanca los más de 200 delegados de la guerrilla más grande y antigua de América Latina.
Asisten a la X y última Conferencia de las FARC, que termina este viernes.

Deciden su futuro y el de estos hombres y mujeres que por voluntad propia o a la fuerza le dieron la espalda a una vida de campesinos pobres (muy pocos hubieran tenido otra opción) y se sumaron a un levantamiento armado que se extendió por 52 años y quitó la vida a más de 220.000 personas.

El acuerdo que el grupo guerrillero alcanzó con el gobierno de Colombia el 24 de agosto pasado garantiza una amplia amnistía para la mayoría de los miembros de las FARC (unos pocos pagarán penas privativas de la libertad y de reparación a las víctimas y otros pocos penas de prisión efectiva).

El acuerdo también abre las puertas a un nuevo futuro para sus líderes, sus cuadros políticos y sus combatientes y milicianos rasos.
Entre estos últimos se encuentra Tatiana, de 36 años, embarazada de su segundo hijo. "La mayor preocupación son los paracos (grupos paramilitares)".
Es el mismo temor que albergan muchos de sus compañeros.

Pequeña fracción

Los dirigentes son una pequeña fracción del total de entre 6.000 y 7.500 combatientes y entre 7.000 y 10.000 milicianos que el presidente colombiano Juan Manuel Santos ha dicho que tiene la guerrilla.
Los jefes le dicen a sus filas que tienen que recibir lo acordado con los brazos abiertos. Los rasos dicen que sí, que claro, pero sutiles titubeos en un discurso bien preparado muestran que hay resquicios de dudas no expresadas.
Los jefes, los cuadros, quieren ser políticos: legisladores (el acuerdo le garantiza por dos períodos consecutivos cinco escaños en la cámara de Representantes y cinco en la de Senadores al partido que formarán las FARC), concejales, alcaldes, gobernadores, tal vez alguno presidente.

Kibutz israelí

Mientras tanto, los guerrilleros rasos viven de la promesa de que serán cuidados por la organización en la que se convertirá las FARC, que serán cobijados en cooperativas agrarias(parecidas a kibutz israelíes), con propiedad compartida de tierra y recursos.
Como explica el acuerdo final alcanzado en La Habana: "Con el propósito de promover un proceso de reincorporación económica colectiva, las FARC-EP constituirán una organización de economía social y solidaria". Se llamará ECOMÚN y tendrá cobertura nacional y secciones territoriales.

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