El nacimiento de una cerdita con “cara humana” ha provocado espantos y los más variados comentarios en esta empobrecida comunidad distante a unos 50 kilómetros de la capital.
La cerda mutante es rechazada por su madre, que además alumbró otros ocho cerditos, de los cuales, uno es ciego y otro cinqueño, además del “cara de gente”.
El raro animalito tiene que ser alimentado por un biberón por su propietario, “a media” ya que comparte la propiedad del animal con otra persona que no identificó.
El curioso fenómeno de la naturaleza, ya ha generado un negocio de parte de Valentín Jiménez, amo del animalito con “cara de gente”, quien cobra un peaje entre 10 y 50 pesos para dejarlo ver, “ya que tengo que comprar leche para alimentarlo porque su madre no lo quiere”.
El cerdito de sexo femenino llora como un niño, se para en sus patas traseras y saca la lengua como un humano.
Cientos de personas de esta comunidad y zonas aledañas visitan la humilde vivienda de Jiménez para comprobar lo que corre de boca en boca, que nació una cerdita con “cara de gente”.
Jiménez asegura que una mañana al retornar de su trabajo nocturno sus hijos le advirtieron que la puerca estaba “en calor” y cuando fue a verla el animal “se le cuadró”.
Dijo que la propietaria del “barraco” que buscó para empreñar su cerda, al enterarse de que uno de los animalitos era raro, lo visitó y le confesó que encontró en dos ocasiones a un hombre con el animal y “lo corrió”.
“Ella encontró a una persona en dos oportunidades teniendo relaciones (sexuales) con la puerca y lo corrió dos veces, y cuando vinieron anoche confirmaron de que sí, que era hijo del hombre, pero no quiere decir quien es”, la dueña del puerco se conoce como Hilda (La Vieja Tula), en cuya propiedad duró su marrana unos cinco días.
Dijo que este es el segundo parto de la puerca.