Por Niurka Báez
"Sed justos, lo primero, si quereis ser felices", dijo Juan Pablo Duarte.
La frase se acomoda muy bien a aquellos que han afilado hacha en contra de Juan Luis Guerra, porque supuestamente ha dejado abandonada a su suerte a la cantante Adalgisa Pantaleón, que por más de 20 años ha sido corista de su orquesta, y se ha visto enfrentada a problemas de salud que ha ido superando, pero que le impidieron estar en la gira mundial del artista.

La propia Adalgisa le dijo a Joseph Cáceres, al encontrarse en el Supermercado Bravo de los Cacicazgos, que Juan Luis había contribuído grandemente con ella durante el proceso médico y su convalescencia.
Una colaboración que abarca lo económico, que forma parte de las cosas que no hay por qué estar dilucidando.

Pero es bueno decirlas, porque la maledicencia es un vicio maldito, en un país donde hay quienes se solazan insultando y agrediendo a las figuras públicas.
Es un recurso de mediocres el atentar permanentemente contra los triunfadores, en base a suposiciones e invenciones, como las tantas que les crean a Juan Luis Guerra.
Hasta la enfermedad de una corista, a la cual quiere mucho y ha socorrido, la han querido aprovechar para verter veneno y tratar de dañar su imagen.
¡Qué pena!.