Más de 1.2 millones de venezolanos estarían dispuestos a salir el jueves a las calles de Caracas para exigir la realización este año de un referendo que revocaría el mandato del gobernante Nicolás Maduro, en lo que podría convertirse en una de las mayores manifestación de protesta de los últimos años en el país petrolero.
Y a juzgar por la ola de represión emprendida en las últimas horas, el régimen de Maduro está convencido de que la “Toma de Caracas” convocada para el primero de septiembre no va a ser tan solo una más de las marchas que habitualmente convoca la oposición.
En las últimas horas, los venezolanos han visto un recrudecimiento de la represión del régimen, ante las amenazas de arresto y los allanamientos de las residencias de líderes opositores. La jornada represiva que comenzó con la decisión del régimen de Maduro de trasladar a una prisión al exalcalde opositor Daniel Ceballos, quien estaba desde hace un año bajo arresto domiciliario.

Las pretensiones del régimen incluso fueron denunciadas por Washington. “El traslado a prisión de Ceballos representa un esfuerzo por intimidar y obstaculizar el derecho de la gente de expresar pacíficamente su opinión el 1 de septiembre”, indicó el vocero del departamento de Estado, John Kirby, el domingo en un comunicado.
Caracas respondió el lunes acusando a la Casa Blanca de ser el autor de un plan de golpe que se llevaría a cabo el próximo 1 de septiembre contra Maduro.
“Ha quedado en evidencia la marca y autoría del golpe de Estado planificado para este venidero 1 de septiembre de 2016 en Venezuela […] en complicidad con la oposición antidemocrática y la derecha internacional”, indicó el Viceministerio de Exteriores para América del Norte venezolano a través de un comunicado.

Analistas dijeron que la campaña de intimidación emprendida por el régimen efectivamente podría terminar intimidando a muchas personas. Pero aún así, el número de manifestantes generará olas en todo el país.
Según la encuestadora Datincorp, un 34 por ciento de los 31.42 millones de venezolanos están dispuestos a salir a manifestar el primero de septiembre, proporción que tan solo en Caracas representa 1.2 millones de personas.

La convocatoria es para que todo venezolano descontento con el régimen de Maduro llegue hasta Caracas para protestar, y la oposición espera que miles de venezolanos viajen esta semana hacia Caracas para protestar.
Pero incluso si el régimen tiene éxito en evitar que los manifestantes del interior del país lleguen hasta Caracas y solo la mitad de los 1.2 millones de capitalinos que estarían dispuestos a salir terminan haciéndolo, el tamaño de la manifestación sería gigantesca, dijo Jesús Seguías, presidente de Datincorp.
“La gente está ya al borde del desespero, angustiada, como nunca ante en la historia del país […] Hay mucho sufrimiento en Venezuela hoy día”, dijo Seguías, cuya firma coloca el anhelo de un cambio de gobierno por encima del 75 por ciento.

El colapso del modelo petro-socialista aplicado por el Chavismo ha dejado en ruinas la economía de la nación petrolera, lo que está obligando a millones de personas a pasar horas haciendo cola frente a los supermercados para sobrevivir.

Para el asesor político Esteban Gerbasi, el grado de descontento y malestar contra Maduro no tiene precedentes y no había sido vista con ningún otro gobernante del país y advirtió que Maduro se encuentra entre las últimas oportunidades que le quedan para emprender una transición ordenada, a través de un mecanismo institucional, que permita a la población alcanzar su deseo de un cambio de gobierno y al Chavismo sobrevivir.
“Esta es la última oportunidad que el pueblo venezolano le está dando a Maduro para que asuma un camino democrático, y no solo a Maduro, sino a la totalidad de las personas que respaldan el proyecto político que emprendió Hugo Chávez”, dijo Gerbasi desde Miami.

Maduro hasta el momento se ha opuesto a permitir que la población venezolana ejerza su libre derecho de pronunciarse sobre la gestión de Maduro a través de un referendo revocatorio, haciendo uso del control que el Chavismo ejerce sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE) para evitar que la votación sea realizada este año.

Bajo el último esquema dado a conocer por el CNE, la votación sería organizada para después del 10 de enero, lo que permitiría al Chavismo permanecer en el poder hasta el 2019 incluso si el mandato de Maduro queda revocado en las urnas.
El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha señalado que la realización este año del referendo revocatorio es indispensable para que los venezolanos logren superar pacífica y democráticamente el marasmo político en que se encuentra.
Almagro, que solicitó en la OEA la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, también ha denunciado que el régimen de Maduro ha instaurado la tiranía en el país petrolero.