Hay dos tipos de memoria:
a. memoria corta. La memoria a corto plazo no retiene el mensaje, su duración es muy limitada, solo dura unos pocos minutos. En otras palabras, el mensaje se recibe de manera emocional. A esto se debe a que muchos al salir del culto ya no se acuerdan del sermón. Si se les pregunta que aprendieron, ellos responden; ¡estuvo bueno el sermón hermano! ¡fue un mensaje maravilloso! responden, pero no recuerdan casi nada. ¿Recuerdas los oidores olvidadizos? Con ese tipo de memoria casi siempre pecarás.
b. memoria a largo plazo. Este sistema de memoria puede mantener una información permanentemente y tiene una capacidad prácticamente ilimitada. Es la memoria que guarda el mensaje en el corazón, es el tipo de memoria que David usaba. La palabra hebrea que David usa es tsafán que quiere decir: esconder, proteger, acaparar, guardar, secreto. Nos da la idea de acaparar las verdades o la verdad de Dios para protegerlas, esconderlas en lo mas intimo de nuestro corazón de tal manera que el demonio y mundo no nos las quiten.
Entonces guardar los dichos de Dios en el corazón es almacenar en mi memoria a largo plazo todas las verdades de Dios. Esas serán las armas con que te defenderás cuando el enemigo ataque tu corazón o cuando el enemigo te tiente. ¿recuerdas cuando el diablo tentó a Jesús? ¿Con qué armas le respondió? Con las verdades que tenía en la memoria de largo plazo. Ante esto les pregunto ¿cuán buenos son ustedes para memorizar? ¿díganme cinco verdades rápidamente? Ahora vemos el propósito o el objetivo de guardar en el corazón los dichos de Dios.