Justo en el momento en que el pastor Ezequiel Molina hablaba sobre los tentáculos del narcotráfico, el panorama de alabanzas cambió radicalmente. Molina, que por décadas ha protagonizado cada 1 de enero el mensaje del Ministerio de La Batalla de la Fe, sufrió un desmayo.
Con certeza podría decirse que nunca antes en el Estadio Olímpico se vivió un escenario igual. Alrededor de 60 mil personas de rodillas orando al unísono y por una sola causa. Mujeres y hombres llorando por lo mismo.
En este momento, más que las creencias se impuso el sentido humano. Un hombre con tanto carisma y tan enérgico para hablar de sus creencias, desvaneció. Al terminar el encuentro el pastor y comunicador Miguel Susana explicó que todo se debió a que al religioso le subió la azúcar. “Vieron que no lo sacamos del escenario de emergencia.
- viernes, enero 02, 2015
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