Por: Rosalina Marrero Rodriguez
Siendo un niño, la mamá le dijo que Humberto Nieves era nombre de artista. Al sumar 37 años de carrera, Tito Nieves vive agradecido de haber llegado a tanta gente a través de la música. Lo único que lamenta fue haberse descarrilado del camino por el que lo guiaron sus padres para dejarse seducir por el alcohol y las drogas.

Ese periodo, entre los años 1979 al 1987, sería lo único que borraría de la trayectoria que se celebrará este sábado, en dos funciones, en el concierto Mi vida musical en el Centro de Bella Artes de San Juan.
“No esperaba que en esta música pudiera tocar a tanta gente. He conocido miles y miles de personas y países que jamás esperaba visitar... es decir, que si por una desgracia me tocara despedirme muy temprano, que no lloren por mí porque he vivido una vida muy agradecido”, expresó el llamado “Pavarotti de la Salsa”.

¿Qué hubiera hecho distinto en estos 37 años de carrera?
Hubo un espacio en los 53 años que tengo que me desvié de las cosas buenas que mis padres me enseñaron, que me criaron con mucho respeto, con mucha fe; y cuando me desvío, creo que por la fama, entro en malos pasos y los malos pasos me llevaron al cigarrillo, el alcohol, las drogas... El público nunca me vio así porque nunca me dejé ver; son las cosas que hasta el sol de hoy uno no realiza cómo uno cae en eso.