No hay quien pare el sabroshow...

sábado, octubre 15, 2011


La comunidad del sector donde resido se mantiene en lucha permanente por erradicar la presencia de un grupo de prostitutas que se la buscan en la calle, dizque para proteger a los muchachos de la vecindad, sin reparar en que en un edificio cercano hay un apartamento donde los "bellacos" juegan a "brinca la tablita, ya yo la brinqué, bríncala tú ahora, ya yo me cansé".
Pero, las pobres diablas callejeras son las que sufren las consecuenicas de los operativos policiales que de cuando en vez se realizan para alejarlas del lugar donde operan.

Y decimos alejarlas, porque se mudan de sitio, y al poco tiempo reaparecen...
Es una especie de juego del gato y el ratón.
Y quién puede con eso?. Por algo le llaman el más viejo oficio del mundo.
Uno va a Madrid,y se encuentra por los laterales de La Gran Vía con unas rubias ucranianas que por decenas se te insinúan, y te invitan a ir a compartir con ellas en habitaciones de callejuelas donde se echan los denominados "rapiditos".
La policía española no ha podido con ellas...

Si te vas a Paris, y caminas por la calles de Saint Denis, por el Centro Georges Pompidou y el boulevar Haussman, el centro elegante de la ciudad, que se ha convertido en el corazón de la prostitución barata, nada más falta que las mujeres africanas y árabes te violen en plena calle.

Al igual que aquí, la vecindad protesta, en procura de tranquilidad para el sector, pero las mujeres allí están organizadas y la alcaldía no puede con ellas.
Y qué decir de Roppongi, en Tokio, al que llegas tomando la línea del metro Oedo, o la Hibiya? . En las cercanías de Roppongi Hills, está la torre Mori, con su Tony romas, Hard Rock Café.

Es el mejor barrio de la ciudad para ir de fiesta, pero a sabiendas que las mujeres están ahí como parte del expendio y la mercancía.
Si caminas por las calles en el centro de Osaka, te encontrarás con que hay hombres con carteles en el pecho y la espalda promoviendo las casas de cita, y como si fuera poco regalando paquetes de servilletas a todo el que pasa.
Que de repente te regalen un paquetito de servilletas sin más ni más, conlleva un metamensaje. Buen uso, si te animas, le puedes dar.

Caminar por la zona roja de Seúl, en Corea, es una verdadera odisea, con algunas señoras que deben ser abuelas interrumpiendo tu paso para que le hagas "el favor", como si usted estuviera falto de mujeres, y no encontrara dónde "guardarlo". Hasta las viejas en el más viejo oficio!

Ya les conté los de las prostitutas en Río de Janeiro, que cuando transitas por algunas calles, no solo se te insinúan, sino que se levantan la falda, sin nada debajo, para que se vea que en verdad son mujeres y no trasvestis.
A cualquiera le da un infarto con ese despliegue de cucas...

Y lo mismo en Bogotá, en Caracas, ciudad México, y en La Habana...En todas partes.
En fin, un mundo, que hipócritamente a veces se trata de ocultar, de tapar, porque hay que guardar las apariencias.
Fuente: Merengala

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