SANTIAGO. En un banco de la emergencia temporal del Hospital José María Cabral y Báez, Mario Germán lloraba desconsoladamente ayer la muerte de su hijo de 23 años, durante un accidente donde resultaron gravemente heridos otros dos de sus hijos.

El accidente ocurrió en una intercepción de Marilópez, a las 5:30 de la mañana del domingo primero de enero. A pesar del triste accidente, las fiestas de fin de año fueron calificadas de tranquilas en esta ciudad, según el director local del Comité de Emergencia, Francisco Arias, ya que a diferencia de otros años, no se registraron muertes el 31 de diciembre.

Este día, fueron ingresadas al Hospital José María Cabral y Báez 21 personas; doce por accidente de tránsito, tres por intoxicación alcohólica, y cuatro por heridas de armas blancas. En tanto que, el sábado 30 atendieron a quince, diez por accidentes de tránsito, dos por heridas de armas blancas, una por intoxicación alcohólicas y dos personas referidas de otros centros.

En el Hospital Infantil Doctor Arturo Grullón, sólo fueron ingresados dos accidentados, uno de los cuales fue dado de alta luego de las atenciones primarias, la única paciente interna por accidente de tránsito en la mañana del domingo, era la adolescente Cheiry Pichardo, de trece años de edad, quien se fracturó una pierna luego de un choque en una pasola en el sector de Camboya. Doce horas después, su padre Ramón Pichardo se quejaba de que aún no había llegado ningún especialista para atenderla.

La mayoría de accidentes de tránsito ocurridos durante el fin de año fueron ocasionados con vehículos de dos ruedas, especialmente motores. Francisco Arias atribuye el hecho a que los motoristas no usaron cascos protectores.

El director del COE valoró el trabajo de muchos jóvenes voluntarios durante el feriado.



De Mercedes Guzmán