De Sergio Vargas se sabe mucho sobre su historia. Él nunca ha tenido reparos en contarla. Sin embargo, una revelación tan visceral y sincera como que su mayor satisfacción ha sido ganarle la batalla al hambre, es capaz de conmover al más insensible.

Es cierto que el merenguero es un desbocado, que a veces quisiéramos amordazarlo para que no diga alguna imprudencia, como hace poco en el homenaje que se le hiciera a Rafael Corporán de los Santos (su gran amigo), donde muchos criticaron la forma en que le recordó un viejo episodio, pero hay que reconocerle que, al menos, no ha perdido la sensibilidad.

"Le gané la batalla al hambre, lo mejor que me ha pasado es que de la pobreza hice un viaje de la nada y luego a la fama y del hambre a los alimentos, al hambre no le temo porque la conozco, le tengo asco y porque jamás volvería a ella”, confesó el Negrito de Villa a Daniel Sarcos en el programa "Aquí se habla español".

Y parece que es cierto, porque Sergio debe ser uno de los merengueros más ricos de la industria, pues su carrera de más de 25 años está colmada de éxitos, sin contar que también fue diputado de la República y ese carguito sí que proporciona "billete".