Cientos de metros de cables de cobre fueron robados del sistema de iluminación de un parque municipal de Hialeah, informaron el miércoles las autoridades. El robo de los cables de las líneas eléctricas subterráneas del parque Ernest Graham, localizado en el 455 de la calle 66 del oeste, ocurrió entre la noche del martes y la madrugada del miércoles.

“El robo de metal es una epidemia a nivel nacional y mundial que afecta a ciudades de todo el mundo”, dijo el jefe del Departamento de Policía de Hialeah, Sergio Velázquez, en un correo electrónico enviado a el Nuevo Herald. “Los criminales corren el riesgo de electrocutarse y causan miles de dólares en daños a la propiedad pública y luego la mercadería la revenden por unos cuantos dólares”.

Este es el segundo robo de cables de cobre a un parque público de Hialeah durante la última semana.
Una fuente municipal dijo que la semana pasada fue robada una cantidad no precisada del parque Babcock, localizado en el 651 de la avenida 4 del este.

En noviembre, otro importante complejo recreativo municipal de Hialeah ya había sufrido un robo similar: el campo deportivo del Milander, en el 4700 de Palm Avenue.

En aquella oportunidad los ladrones ingresaron al complejo tras cortar la cadena del portón sur, próximo al campo de fútbol. Para sacar los cables, el o los sospechosos destruyeron las cajas eléctricas con las que se controla el sistema de iluminación del campo de fútbol.

Desde hace casi siete años, en Hialeah se evidencia una ola de robos de tapas de metal del sistema de alcantarillado, tuberías, cables y hasta carritos de supermercados.
Las autoridades policiales de Hialeah han dicho que una tapa de alcantarilla de $300 suele ser vendida en el mercado negro en unos $50.

Las autoridades también han indicado que el costo de cada carrito, la mayoría construido de aluminio, es de $125 a $150; pero en el mercado negro son cortados y vendidos por el peso del metal, de $25 a $30.